Estaba la calavera
recorriendo el cementerio,
cuando alguien la llamó
reclamando su presencia.
Estaban en el Zenea
varias personas paseando,
y los compas de la sexta
la muerte denunciando,
que como todos sabemos
en Oaxaca están llorando
pero cuando de repente
se le oye decir a la huesuda
¡ah jijos de la chingada!
o de Asmadeo Valladares
con que quitar ellos quieren
una ofrenda pa'mis muertos
son los perros de la ciudad
y los guardias municipales
que sin tiempo para reaccionar
y sin derechos legales
a los compas los azotan
de las formas más desleales
los agarran por detrás
estos hijos del franquismo
y del neoliberalismo
pero sépase muy bien
lo que dice la calaca:
a los míseros traidores
es mejor tomar sus perros
ya que una paliza daré
a su hijo malnacido.
Hágánle una llamada
diciéndole que no es
Franco, ni la calaca
y que lo anda buscando
la hija de la chingada
con ello al punto digo:
Asmodeo Valladares
y M González Valle
yo mismita cargaré
con ustedes al infierno
pa' no andar acallando
a los compas de la Sexta
y las muertes de Oaxaca
Ya la calaca se lleva,
con las patas por delante
al hijo del averno,
con todo y sus guardias,
al jefe de gobierno
directito hacia las llamas
SICAMOR
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