Según los informes, las fuerzas de seguridad han hecho uso de una fuerza excesiva y desproporcionada contra manifestantes del estado de Oaxaca. Según fuentes locales, Lorenzo San Pablo Cervantes murió por disparos de las fuerzas de seguridad el 22 de agosto, y varias personas más resultaron heridas. Los activistas Ramiro Aragón Pérez y Germán Mendoza Nube se encuentran detenidos y corren peligro de sufrir tortura o malos tratos.
La violencia en Oaxaca ha aumentado todavía más desde el 21 y 22 de agosto, cuando las fuerzas de seguridad y otros individuos armados no identificados intervinieron para disolver las protestas y piquetes organizados en la ciudad de Oaxaca.
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