Marchan ocho mil en recuerdo de la masacre estudiantil del 2 de octubre
gloria leticia díaz
* Exigen la renuncia de Ulises Ruiz y rechazan cualquier intento de represión
Proceso
México, D.F., 2 de octubre (apro).- Unas ocho mil personas aproximadamente convirtieron la marcha para recordar la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, en una manifestación de apoyo a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y su exigencia de que renuncie el gobernador Ulises Ruiz; además de que rechazaron cualquier acto de represión en contra del movimiento.
Con retraso, por la falta de organización, el contingente principal salió de la Plaza de las Tres Culturas a las 16:40, encabezado por miembros del Comité del 68, medio centenar de integrantes de la APPO, así como de unas 200 personas del movimiento de San Salvador Atenco, con sus característicos machetes que eran afilados a lo largo del recorrido hacia el Zócalo.
Estos contingentes fueron seguidos por estudiantes de la UNAM, el Politécnico (IPN), la Escuela Nacional de Antropología (ENAH), la Universidad de Chapingo, del Colegio de Bachilleres y organizaciones sociales como el Frente Popular Francisco Villa.
Antes de salir, miembros del Comité del 68, recomendaron a los asistentes no portar paliacates o pasamontañas, así como no caer en provocaciones. "Como en 1968 esta es una manifestación pacífica y no tenemos nada de qué escondernos, por eso ¡fuera máscaras! No queremos porros", manifestaba Leopoldo Ayala antes de salir.
Fausto Trejo, también de dicho Comité, advirtió que a 38 años de la represión estudiantil, "todavía hay el riesgo de que ocurra una nueva masacre, esta vez en Oaxaca", por anunció que se sumaban a "la causa de los maestros y ciudadanos de esa entidad".
Mantas con imágenes de Benito Juárez con una boina negra con una estrella roja al centro, eran llevadas por hombres y mujeres oaxaqueños que mantienen un plantón en la Ciudad de México en demanda de la renuncia de Ulises Ruiz.
"Oaxaca ¿otro 68?" tenía escrito otra de las mantas sostenidas por los manifestantes que recorrieron un primer tramo por la avenida Ricardo Flores Magón y siguieron por el Paseo de la Reforma. De ahí, en el entronque con el eje central Lázaro Cárdenas, se unieron otras marchas que salieron del Monumento a la Revolución y del Casco de Santo Tomás.
En el entronque del eje central y Francisco I. Madero, el exmiembro del Consejo Nacional de Huelga, Raúl Álvarez Garín, advirtió que el riesgo de una represión como la de 1968 "está latente en Oaxaca, y el mensaje de este año, con mayor énfasis, es el rechazo a que se repitan acontecimientos tan dolorosos como los que vivimos haces 38 años".
Al presidente electo Felipe Calderón, Álvarez Garín le anticipó que "la exigencia de justicia por la masacre de 1968, sigue vigente y la vamos a mantener en esta administración".
Durante el recorrido, se colocó un policía de Seguridad Pública cada tres metros, aproximadamente; mientras que en las inmediaciones de la calle Francisco I. Madero, a las 17:45, la distancia entre cada elemento, que portaban escudos protectores, era de menos de un metro.
Policías vestidos de civil, se desplegaron también entre los manifestantes, y revisaban a los asistentes.
Los comerciantes del Centro Histórico tomaron precauciones. Todos los negocios del Perímetro A, unas 32 manzanas, se cerraron a las 17:00 horas. Los policías resguardaron con especial atención los cajeros automáticos y los negocios de transnacionales como McDonald´s y Kentucky Fried Chicken, y restaurantes como Vips.
Un grupo de estudiantes de la UNAM intentó pintar leyendas con aerosol en un cajero automático de Bancomer, pero los policías lo impidieron; y terminaron pintando los escudos de los agentes con las siglas de la APPO.
Diez minutos después de que el primer contingente entró por Madero, se soltó una lluvia que retrasó por momentos el avance de los participantes. Cuando los manifestantes llegaron al Zócalo, la tormenta disolvió la concentración: algunos participantes se refugiaron en los portales que rodean el Zócalo. Después de las 19:00 horas, imposibilitados para llevar a cabo su mitin, los manifestantes fueron abandonando la Plaza de la Constitución.
Guarecido por los portales de las joyerías, el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rosales Gamboa, reportó que se desplegó un operativo con 3 mil agentes y que el saldo fue blanco.
El único incidente fue el arresto de tres personas que llevaban petardos (las detenciones se llevaron a cabo antes de que iniciara la marcha). Los infractores fueron remitidos a la Agencia del Ministerio Público 5 del sector Cuauhtémoc.
México, D.F., 2 de octubre (apro).- Unas ocho mil personas aproximadamente convirtieron la marcha para recordar la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, en una manifestación de apoyo a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y su exigencia de que renuncie el gobernador Ulises Ruiz; además de que rechazaron cualquier acto de represión en contra del movimiento.
Con retraso, por la falta de organización, el contingente principal salió de la Plaza de las Tres Culturas a las 16:40, encabezado por miembros del Comité del 68, medio centenar de integrantes de la APPO, así como de unas 200 personas del movimiento de San Salvador Atenco, con sus característicos machetes que eran afilados a lo largo del recorrido hacia el Zócalo.
Estos contingentes fueron seguidos por estudiantes de la UNAM, el Politécnico (IPN), la Escuela Nacional de Antropología (ENAH), la Universidad de Chapingo, del Colegio de Bachilleres y organizaciones sociales como el Frente Popular Francisco Villa.
Antes de salir, miembros del Comité del 68, recomendaron a los asistentes no portar paliacates o pasamontañas, así como no caer en provocaciones. "Como en 1968 esta es una manifestación pacífica y no tenemos nada de qué escondernos, por eso ¡fuera máscaras! No queremos porros", manifestaba Leopoldo Ayala antes de salir.
Fausto Trejo, también de dicho Comité, advirtió que a 38 años de la represión estudiantil, "todavía hay el riesgo de que ocurra una nueva masacre, esta vez en Oaxaca", por anunció que se sumaban a "la causa de los maestros y ciudadanos de esa entidad".
Mantas con imágenes de Benito Juárez con una boina negra con una estrella roja al centro, eran llevadas por hombres y mujeres oaxaqueños que mantienen un plantón en la Ciudad de México en demanda de la renuncia de Ulises Ruiz.
"Oaxaca ¿otro 68?" tenía escrito otra de las mantas sostenidas por los manifestantes que recorrieron un primer tramo por la avenida Ricardo Flores Magón y siguieron por el Paseo de la Reforma. De ahí, en el entronque con el eje central Lázaro Cárdenas, se unieron otras marchas que salieron del Monumento a la Revolución y del Casco de Santo Tomás.
En el entronque del eje central y Francisco I. Madero, el exmiembro del Consejo Nacional de Huelga, Raúl Álvarez Garín, advirtió que el riesgo de una represión como la de 1968 "está latente en Oaxaca, y el mensaje de este año, con mayor énfasis, es el rechazo a que se repitan acontecimientos tan dolorosos como los que vivimos haces 38 años".
Al presidente electo Felipe Calderón, Álvarez Garín le anticipó que "la exigencia de justicia por la masacre de 1968, sigue vigente y la vamos a mantener en esta administración".
Durante el recorrido, se colocó un policía de Seguridad Pública cada tres metros, aproximadamente; mientras que en las inmediaciones de la calle Francisco I. Madero, a las 17:45, la distancia entre cada elemento, que portaban escudos protectores, era de menos de un metro.
Policías vestidos de civil, se desplegaron también entre los manifestantes, y revisaban a los asistentes.
Los comerciantes del Centro Histórico tomaron precauciones. Todos los negocios del Perímetro A, unas 32 manzanas, se cerraron a las 17:00 horas. Los policías resguardaron con especial atención los cajeros automáticos y los negocios de transnacionales como McDonald´s y Kentucky Fried Chicken, y restaurantes como Vips.
Un grupo de estudiantes de la UNAM intentó pintar leyendas con aerosol en un cajero automático de Bancomer, pero los policías lo impidieron; y terminaron pintando los escudos de los agentes con las siglas de la APPO.
Diez minutos después de que el primer contingente entró por Madero, se soltó una lluvia que retrasó por momentos el avance de los participantes. Cuando los manifestantes llegaron al Zócalo, la tormenta disolvió la concentración: algunos participantes se refugiaron en los portales que rodean el Zócalo. Después de las 19:00 horas, imposibilitados para llevar a cabo su mitin, los manifestantes fueron abandonando la Plaza de la Constitución.
Guarecido por los portales de las joyerías, el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rosales Gamboa, reportó que se desplegó un operativo con 3 mil agentes y que el saldo fue blanco.
El único incidente fue el arresto de tres personas que llevaban petardos (las detenciones se llevaron a cabo antes de que iniciara la marcha). Los infractores fueron remitidos a la Agencia del Ministerio Público 5 del sector Cuauhtémoc.
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